lunes, 20 de julio de 2009



Me gustaría poder hablarte con más libertades, decirte cada una de las cosas que pienso cuando te cruzas por mis ideas, todas; desde las más brillantes y acertadas, hasta las más absurdas e incoherentes.
Abrazar cada una de tus palabras; suprimir esos silencios constantes producto de tu frialdad, decirte te quiero, que me respondas lo mismo, QUE SIENTAS LO MISMO.

Pero sé que pido demasiado, que nunca vamos a ser nada más que un par de extraños que no entienden nada de sí mismos.

El cielo nunca había sido tan azul; me dijeron. Yo siempre lo he visto gris.

No hay comentarios:

Publicar un comentario