sábado, 18 de julio de 2009


Me he dado cuenta de que nunca llego a atraparme por completo, es decir, por qué abrazarse a uno mismo nunca nos llena, sin poder llegar al último punto en donde las manos se tocan.Tal parece que en ese instante los brazos se volvieran extremadamente cortos, o el cuerpo demasiado grande, quizá ese sea el planteo, el deseo oculto de querer crecer más allá de lo imposible; con un cuerpo que se delata imperfecto a travez de una necesidad racional llena de irracionalidad.


Jamás me podré abrazar por completo, y ahí aparecías vos.

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