lunes, 27 de julio de 2009


Opté por hacer oídos sordos a ciertas palabras tuyas; fabricantes de ilusiones rotas, la patología de mi desastre y mis pulmones sofocados. A veces las cosas no funcionan, nunca ha sido fácil, pero hoy me cuesta tanto respirar que parece que con cada beso, de mí te llevaras un pedazo de vida. Sé que tengo que continuar, que esto seguramente es un capítulo del libro de mi existencia, y que nunca vas a estar conmigo; que jamás me entregarías tu corazón como lo hice yo no inocente sino estúpidamente; pero me cuesta, las esperanzas galoparon tanto por mi espalda que han desgastado mi columna, mi sostén, y me come la inestabilidad. Que esto ha sido de lo más fortuito, de eso ambos estamos de acuerdo; el día que te conocí me prohibí a mi misma imaginar historias que jamás escribiríamos juntos, y acá estamos hoy, yo intento convencerte con palabras que no siento, y vos intentas calmarme con esas palabras abrazadoras que más tarde me devoran el cerebro.
No puedo dejar de pensar en vos, y te extraño; como nunca extrañé a alguien.
Devolveme los sentidos.


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